Punto y seguimos | Solo vergüenzas…
Otra semana más de impunidad sionista
29/04/2025.- Israel, en su tradicional estilo cínico de hacer "política", solicitó la anulación de las órdenes de arresto que pesan sobre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el exministro de Defensa, Yoav Galant, emitidas por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya en noviembre del 2024. Apelaron a la "falta de jurisdicción del tribunal" y aludieron que Israel no es parte del TPI ni del estatuto de Roma y que, por lo tanto, las órdenes de detención son ilegales.
El fallo, que dictaminaba que los países miembros debían detener a las citadas personas de hallarse en sus territorios, fue incumplido por Hungría en una reciente visita del "Bibi". Además de negarse a apresar a Netanyahu, anunció su retiro de la Corte Penal Internacional (CPI), lo que causó revuelo y debate en la comunidad internacional acerca de los dobles estándares tanto de la Corte como de Israel.
Afortunadamente, el TPI rechazó la apelación israelita por "irrelevante" y afirmó tener pruebas de que tanto Netanyahu como Galant han cometido —y cometen— crímenes de guerra contra la población palestina, tales como bloqueo de ayuda humanitaria, asesinatos masivos, persecución y tratos inhumanos. Resulta cuando menos risible que Israel se atreva a "defenderse" ante acciones de las que el mundo entero es testigo en vivo y directo; sin embargo, el poder del Estado sionista no es poco, y sus apoyos, tampoco. La acción húngara, que pudiera calificarse como una cachetada para la justicia y la humanidad representadas en la lucha del pueblo palestino, es solo una muestra de que la impunidad de Israel es una que se sostiene gracias a la complicidad de otras naciones, más allá de los Estados Unidos.
De este modo, mientras esas mismas naciones defienden a un Estado genocida, por otro lado, sancionan a pueblos inocentes solo por elegir gobernantes que no les gustan o por querer vender sus recursos a otras naciones. Cada semana llega una nueva noticia barbárica en la que Israel quema a niños vivos, destruye hospitales, impide el ingreso de agua y comida, bombardea, rompe, quema, mata, pero el mundo occidental decide que es más importante luchar contra una banda criminal inexistente como el Tren de Aragua.
Así está el mundo. No de revés, porque hasta eso tendría más sentido. Difícil resulta vivir en él sin asquearse hasta la náusea.
Mariel Carrillo García