Horizonte de sucesos | Acontecimientos

No importa cuál sea el desenlace de la tragedia, nada será igual que antes

Está semana fue difícil para quienes seguimos, por trabajo o por curiosidad, los acontecimientos geopolíticos a nivel global. Sobre todo los que ocurren en el este de Europa. 
 
No es necesario repasarlos todos, pero sí hay dos eventos recientes que le ponen el pie al acelerador de la crisis estructural que ya se empieza a ver en el "viejo" continente y que son necesarios reseñar. No importa cuál sea el desenlace de la tragedia, nada será igual que antes. 
 
El primer evento concluyó el pasado viernes cuando se formalizó que las repúblicas populares de Donestk y Lugansk, así como otros territorios rusoparlantes del sur de Ucrania, ahora forman parte de Rusia por decisión propia. Esto quiere decir que cualquier bombardeo contra esos territorios será considerado como un ataque directo a la Federación Rusa, y se prendió esa. 
 
El otro evento también involucra a Rusia. Y es que el jueves los gasoductos del Nord Stream sufrieron graves daños. Las implicaciones podrían ser catastróficas, pues gran parte del gas licuado que necesita Europa llega por esa vía y ya no hay más alternativa. Sin embargo, la prensa oligofrénica occidental habla de saboteo y no apunta a que el autor intelectual y material pudo haber sido Estados Unidos, quien sale beneficiado porque de ahora en adelante será el que le venda, y más caro, el gas al viejo continente. 
Las pruebas abundan y no es el primer hecho en el que el imperio promueve una tragedia para beneficio propio, incluso matando a su propia gente. 
 
Lo cierto es que la inercia de los europeos asombra y la única alternativa que tienen es esperar el golpe con los ojos cerrados y los dientes apretados. Queda la duda de por qué la cuna de la civilización, cómo afirman algunos, parece estar habitada por gente lobotomizada. 
 
 
Heathcliff Cedeño

Noticias Relacionadas